18 agosto 2009

Tensión, presión, ...y un olmo

"Un olmo vivía en campo abierto. Todos los día, desde pequeño, había luchado contra el viento que le atacaba. Una y otra vez el viento le golpeaba y el olmo resistía sus embates valientemente.

Un día, el viento vino con mas fuerza y arrancó al olmo de sus raíces, tumbandolo en un matorral.

Cuando despertó después de su inconciencia el olmo vió que estaba rodeado de zacate alto.

-No entiendo como yo, fuerte y grande he sido tumbado por el viento y ahora muero, mientras que ustedes débiles ramas no han sufrido daño alguno - dijo el olmo al zacate.

-Eres grande y fuerte, nosotros pequeños y débiles - respondieron las hojas de zacate. - Pero nosotros, al sabernos débiles, mejor nos doblamos al paso del viento, mientras tú te oponías. En tu batalla has perdido y ahora morirás, mientras que nosotros nos dejamos llevar y viviremos aún."

Fabula popular

La fábula habla de una lucha perdida, la del olmo. En su derrota, el olmo se da cuenta que las mansas hojas de zacate vivirán. Hilando delgado, hablo ahora de tensión y su hermana opuesta la presión. Esto me lleva a varias conclusiones:
  • Uno debe saber su tensión máxima. No debe dejar que nadie le aplique una fuerza mayor a esa. Tampoco debe aplicarsela uno mismo. Para sobrevivir se debe saber a qué oponerse y a qué simplemente prestar oídos sordos.
  • Todo tiene una tensión máxima. Y si uno conoce a alguien o algo, debe saber cuál es la máxima fuerza que se le puede aplicar. Si uno quiere mover a alguien o algo, debe aplicarle fuerza, pero debe saber que si supera esa tensión máxima esta persona u objeto se romperá, y ya no será útil.
  • Un árbol se guía, con paciencia y suavidad. Si se le aplica un impulso no se logrará moldear y si la fuerza es desmedida el árbol se romperá.
Para que la gente reflexione...

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