La Guerra Civil [1]
Hemos hablado de como el conflicto entre los Conservadores de Granada y los Liberales de León, llevaría en 1854 a Nicaragua a su Primera Guerra Civil; de lo que no hemos hablado es de cómo el conflicto fue violento desde mucho antes. En 1845 los gobiernos de Honduras y El Salvador, ambos de corte conservador, colaborarían en el Golpe de Estado que depondría a los liberales en Nicaragua. Los conservadores responderían con el saqueo de la Ciudad de León. En 1851, tras otra serie de intrigas políticas, los conservadores formarían otro movimiento armado, esta vez con apoyo de los Gobiernos de Honduras y Costa Rica, y provocarían otro Golpe de Estado. Como consecuencia el país estaba devastado económicamente, comercialmente y en desarrollo. Los primeros 30 años de vida independiente en Nicaragua serían un presagio de la triste historia que sufriría su pueblo, constantemente víctima de los conflictos de sus clases gobernantes.
En 1853 el conservador Fruto Chamorro ganó las elecciones ante el liberal Francisco Castellón y fue electo Supremo Director; a pesar de que observadores estadounidenses reportaron que ninguno había logrado el mínimo de votos requerido en la constitución. Chamorro habló de reemplazar la constitución de 1838. Tras exiliar a varios de sus principales rivales, llamaría a Asamblea Constituyente en 1854. Chamorro pasaría así a ser el primer Presidente de Nicaragua.
Sus rivales exiliados encontraron sin embargo apoyo en el gobierno liberal de Honduras, quien les proveió armas, dinero y al menos 200 hombres para iniciar su revuelta. Regresarían a León y declararían abiertamente la guerra civil. Chamorro primero avanzó hacia León con sus fuerzas, pero fue rechazado. Los liberales entonces sitiaron Granada, pero no pudieron tomarla. El sitio se mantendría por nueve meses y cobraría la vida de Chamorro, quien moriría por una infección en el hígado. En su lugar, los conservadores nombraron como presidente a José Estrada. Tras finalizar el sitio, la guerra se tornó en una serie de batallas menores, pero ninguna de las fuerzas tenía la capacidad real de derrotar a la otra.
Para este momento la Ruta Interoceánica de Vanderbilt funcionaba con toda normalidad, y la presencia de estadounidenses en el área estaba normalizada. Un estadounidense de apellido Doubleday logró reclutar entre los pasajeros de Vanderbilt a 30 estadounidenses más, uniéndose a las fuerzas liberales de León. Se dice que los líderes liberales quedaron muy impresionados con las capacidades de los reclutas.
Es en ese momento que llega Byron Cole, representante de una compañía llamada San Francisco Mining Company, y quien tenían la intención de explorar oportunidades para la minería en la zona. Se reuniría Cole con Francisco Castellón, presidente liberal, quien muy impresionado con las proezas de sus reclutas estadounidenses, habría visto con muy buenos ojos cuando Cole le propuso traer más mercenarios a pelear con los liberales. El primer contrato habría encargado a Cole traer a Nicaragua 300 soldados y ofrecía paga mensual y tierra al final de la campaña. [4]
Cole viajó con toda prontitud a California y le extendió el contrato a William Walker.
William Walker el Filibustero [4]
Filibustero en español, Freebooter en inglés, Filbustier en francés y Vrijbuiter en holandés; era una palabra común para designar soldados mercenarios y ejércitos privados que libran guerras ilegales. [2] El término se haría famoso durante ésta época en excolonias españolas; principalmente por Narciso López, venezolano que liberaría Cuba del dominio español con un ejército reclutado en Estados Unidos. [3] William Walker habría de convertirse en el filibustero más famoso de la historia.
Sin embargo, para cuando Chamorro convocaba a Asamblea Constituyente en Nicaragua, a principios de 1854, Walker estaba donde lo dejamos la última vez: en el puesto fronterizo de San Diego, California; rindiéndose ante la guardia fronteriza, famélico, herido y con su ropa hecha trizas.
¿Recuérdan a Henry P. Watkins? El mismo Watkins que acompañó a Walker a Guaymas un año antes, ¿lo recuerdan? Watkins no se quedó con la expedición de Walker a Baja California, sino que Watkins regresó y se encargó de abrir oficinas en California para el reclutamiento de hombres para la expedición. Watkins fue arrestado el 1ero de Marzo de 1854 por el Mayor General John E. Wool. Wool era el recién nombrado Comandante del Departamento Guerra del Pacífico y llegaba a San Francisco con las órdenes directas de detener cualquier acción ilegal en contra de "los territorios de poderes extranjeros". Era obvio interés del Gobierno de Estados Unidos que el recién firmado Tratado de Guadalupe Hidalgo fuera respetado a cabalidad, ya que si México reclamaba violaciones al tratado, Gran Bretaña y los otros poderes europeos podrían tomar represalias.
Así las cosas, el arresto de Watkins significaba que Walker se quedaba definitivamente sin futuros refuerzos y aceleró su caída. El 15 del mismo mes reportó Wool el arresto de varios otros de los colaboradores de Walker. Watkins y los otros fueron hallados culpables de violar el principio constitucionalidad de neutralidad y se les fue impuestas fianzas altas, para la época; sin embargo mediante tecnicismos legales habrían logrado evitar el pago de la mayor parte del dinero.
Walker fue llevado ante el tribunal federal el 2 de Junio, tras ser detenido en San Diego el 8 de Mayo. Se declaró inocente, alegando que la expedición nunca fue de corte militar sino hasta que el grupo se encontraba en aguas internacionales. El testimonio de Walker, siendo abogado, habría sido del más alto nivel jurídico. El jurado debatió tan sólo ocho minutos y declaró a Walker inocente de los cargos.
Los Inmortales [4]
A finales de 1854 es que Byron Cole regresa a California y le extiende el contrato firmado con Castellón, presidente liberal de Nicaragua a William Walker. Walker habría rechazado el primer contrato, siendo que entendía gracias a su propia formación de abogado que los términos serían una clara violación a la leyes de neutralidad por las que ya se le había enjuiciado una vez. Al no estar interesado en ser enjuiciado una segunda vez por el mismo delito, Walker instruyó a Cole a regresar a Nicaragua y redactar un segundo contrato, que buscara llevar 300 colonos estadounidenses a Nicaragua y quienes tendrían permiso de portar armas indefinidamente.
Walker recibió el segundo contrato, firmado por Castellón, a principios de 1855. Al iniciar su búsqueda de reclutas y financiamiento, hallaría que ya muchos estaban contemplando formar una expedición similar. Tan conocida era la situación precaria de Nicaragua en ambas costas, gracias a la ruta transoceánica de Vanderbilt, que los autores históricos consideran que Nicaragua habría recibido filibusteros estadounidenses así Walker hubiese muerto en Baja California. [4] Un tal Thomas F. Fisher, proveniente de Nueva Orleans, incluso ya tendría un contrato similar al de Walker para llevar 500 hombres a pelear con los liberales, firmado por el General Jerez. Todos se juntarían a Walker, entendiendo que su contrato era el que ofrecía mejores condiciones.
Cuatro meses tardó Walker en armar su expedición. El contrato había sido visto sin falta por las autoridades civiles en San Francisco; pero el problema era el financiamiento. El plan era llevar tantos veteranos como fuera posible y el grupo se fue conformando con hombres que habían peleado en la Guerra contra México, en Cuba, con el mismo Walker en Baja California; e incluso un médico llamado Dr. Alexander Jones, veterano de una expedición de búsqueda de tesoro pirata en la Isla del Coco en Costa Rica. El 4 de Mayo de 1855 zarparían Los Inmortales, una banda de 58 hombres hacia Nicaragua, Walker incluido.
Tres días después, zarparía otro navío con otro grupo similar al mando del Coronel Henry L. Kinney. Cabe notar que la expedición de Kinney era totalmente independiente a la de Walker y más bien era bajo contrato con el Reino Mosquito. La expedición de Kinney llegaría a Greytown después de pasar múltiples desventuras y a pesar de tomar control del pueblo por un tiempo, no lograría mayor impacto.
La Falange Americana [4]
Walker desembarcó en Realejo, al norte del Pacífico Nicaraguense, el 16 de Junio de 1855. Esto debe servir como errata para la nota en mi primer relato, que indica la fecha como 1854.
De Realejo, Walker viajó a León, donde se reuniría con Castellón por primera vez. Para este momento, el hondureño General Santos Guardiola "El Carnicero", había navegado hasta San Juan del Sur con sus tropas en una goleta costarricense. Ambos gobiernos, el hondureño y el costarricense, apoyaban a los conservadores. [1]
Walker conoció ahí también al General Trinidad Muñóz, líder de las fuerzas liberales. En tanto Castellón estaba sumamente aliviado por la llegada de los estadounidenses y los bautizaría "La Falange Americana", Muñóz y Walker no albergaron ningún tipo de simpatía. Walker condicionó la continuación de su contrato a que sus fuerzas nunca servirían bajo las órdenes del General Muñóz, a lo que Castellón accedió. En el plano estratégico, la intención de Castellón era que Walker y su Falange fueran su última fuerza defensiva, tal era su posición en la guerra para ese momento. Walker lo convenció de que la manera más rápida de romper el punto muerto en el que estaba la guerra era tomar Rivas y así tener control sobre la ruta interoceánica. El motivo oculto de Walker era que la ruta interoceánica sirviera como enlace directo a Estados Unidos, por donde podría reclutar entre los pasajeros de Vanderbilt, así como recibir refuerzos y provisiones desde cualquiera de las costas estadounidenses.
Walker y sus hombres adoptaron la nacionalidad nicaragüense, según lo prescrito en la Constitución de 1838, y embarcaron hacia el sur con 120 nativos al mando de General Ramírez. El acuerdo original con Castellón era que serían 200 hombres los que acompañarían a Walker, sin embargo solamente 120 fueron enviados al final. El General Muñóz y sus fuerzas se quedarían en León. [1]
Ya sea porque Muñóz previó el peligro que podían presentar los filibusteros, porque la presencia de Walker afectaba de alguna manera sus propias aspiraciones, o por algún antagonismo entre Castellón y Muñóz; de cualquier manera Muñóz habría enviado noticia por medio de un alemán, a su enemigo hondureño, el General Guardiola, de que Walker se dirigía a Rivas; por lo que los conservadores estaban preparados. A Muñóz también se le atribuiría la falta de hombres en el grupo de Walker.
La Batalla de Rivas (La Primera) [5]
Walker desembarcó al norte de San Juan del Sur y marchó con su contingente hacia Rivas. Los estadounidenses cargaban todos rifles y algunos cargaban revóleres y sables; los veteranos vestían sus uniformes. Los nicaragüenses estaban armados con mosquetes y no vestían más uniforme que un pañuelo o lazo rojo con las palabras "Ejército Democrático" escritas en él; algunos calzaban zapatos, otros sandalias. Avanzaron por la noche, bajo la lluvia de Junio, deteniéndose finalmente para acampar en una casa de adobe abandonada.
En un pequeño pueblo llamado Tola, la siguiente mañana, el grupo de Walker se encontró con un escuadrón de jinetes enemigos, que se encontraban escampando de la incesante lluvia para mantener su pólvora seca. Walker enviaría un grupo de 20 hombres a atacarlos, y los encontrarían jugando cartas bajo un techo, totalmente incrédulos de encontrar al enemigo marchando bajo la lluvia. Tras capturarlos, fue que supo Walker de la traición del General Muñóz y de que Guardiola estaba construyendo barricadas y posiciones defensivas en Rivas.
Walker escribiría ampliamente del asombro que hizo detener por completo la columna, al ver por primera vez los estadounidenses la belleza del Lago de Nicaragua y la Isla de Ometepe, con sus dos imponentes volcanes.
Walker atacó desde el norte en la mañana del 29 de Junio de 1855. La Falange lideraría el asalto, buscando una ruta directa hacia la Plaza; el General Ramírez y sus tropas nicaragüenses cubrirían la retaguardia y avanzarían en reserva. El primer ataque surgió efecto, y La Falange avanzó, capturando la loma de Santa Úrsula, a unos 400 metros de la Plaza Central. Sin embargo varios de los estadounidenses fueron heridos y no podían avanzar de su posición. Al mismo tiempo avanzó sobre el flanco izquierdo la tropa del Coronel Manuel Argüello, quien inicialmente había sido destacado con la guardia de San Juan del Sur, pero había sido luego llamado de vuelta a la defensa de Rivas y llegaba justo a tiempo.
Mientras tanto el General Ramírez y su tropa de nicaragüenses no avanzaba hacia la posición de La Falange y los defensores lograron cortar a las dos tropas. Al ver que los estadounidenses estaban rodeados, los nicaragüenses abandonaron la batalla y marcharon al sur, esperando escapar hacia Costa Rica.
Walker ordenó buscar refugio en las casas de adobe que poblaban la colina. No sólo tenía el filibustero en su lista varios caídos, pero también perdió en la batalla a dos de sus más experimentados oficiales. Guardiola, el general hondureño, ordenó apuntar un cañón de cuatro libras hacia los edificios; pero los estadounidenses lograr montar una carga y deshabilitar la pieza de artillería. Entonces Guardiola ordenó prender fuego a las cerchas de las casas de adobe para buscar que Walker y sus filibusteros tuvieran que evacuarlas. ¿Suena conocido?
El hoy Héroe Nacional de Nicaragua y entonces maestro Enmanuel Mongalo sería quien lograra prender fuego a una de las casas, [6] pero de manera que el fuego se esparciría hacia las otras. El héroe nicaragüense sobreviviría a la hazaña. Walker se vio obligado a evacuar, dejando atrás a quienes no pudieran correr por sus vidas. La Falange cargó hacia uno de los flancos de los conservadores y en medio de la confusión los nicaragüenses en vez de disparar, optaron por romper filas y huir.
Diez estadounidenses resultaron muertos en la batalla, otros doce fueron heridos pero lograron escapar. Cinco fueron dejados atrás en las casas de adobe, pero no recibieron cuartel. Walker escribiría que fueron "barbáricamente asesinados y luego quemados sus cuerpos". Yo por el contrario escuché un recuento en el que habrían sido quemados vivos, pero no encontré una fuente concreta. De los defensores habrían muerto 180 hombres. [1]
Walker, derrotado, huiría hacia San Juan del Sur. Su barco tenía la instrucción de navegar hasta ahí en caso de tener que evacuar; sin embargo no lo encontró. Sí encontró la goleta San José, la misma de bandera costarricense que había llevado a Guardiola y su compañía hasta ahí. Walker decidió secuestrar la nave, haciendo caso omiso al alegato de neutralidad del Capitán Alvarado y alegando que la nave ya había visto suficiente acción en la guerra para ser considerada parte de ella. La suerte dictó que poco tiempo después se encontrarían con la nave de Walker, y transfiriéndose a ella pondrían la nave costarricense en libertad.
De vuelta en Realejo, Walker enviaría una carta a Castellón reclamando la traición de Muñóz y exigiendo compensación, bajo amenaza de retirarse de la guerra. Castellón le rogó no hacerlo y Walker se mantuvo embarcado en puerto hasta que el propio presidente liberal viajó a pedirle en persona que se uniera a la defensa de León. [1]
Walker y Muñóz serían rivales a partir de ese día.
Bibliografía
[1] Wall, James T. "American Intervention in Nicaragua, 1848-1861", 1974 - https://core.ac.uk/download/pdf/268793001.pdf
[2] https://en.wiktionary.org/wiki/filibuster
[3] https://en.wikipedia.org/wiki/Narciso_L%C3%B3pez
[4] Scroggs, William O. "Filibusters and Financers, The story of William Walker and his associates", 1916. - https://archive.org/details/filibustersfinan00scrorich/page/n9/mode/2up
[5] Walker, William. "War in Nicaragua", 1860 - https://archive.org/details/warinnicaraguaw00walkgoog/mode/2up
[6] https://ejercito.mil.ni/contenido/ejercito/historia/docs/historia_militar_19-31.pdf