30 marzo 2017

Frasco por Suramérica - 08 - De Cabo de la Vela a San Gil

Ok. El tener un dedo del pie fracturado tiene sus ventajas y sus desventajas. La primera ventaja es que puedo usar los espacios para discapacitados (los cuales no existen en la hermana República de Colombia, pero si estuviera en CRC sí podría). La segunda ventaja es que... y bueno, no hay una segunda ventaja que yo sepa. Pero como yo mando en este viaje, decidí que por ahora soy un discapacitado (se que alguien me va a renegar pronto por el mal uso del término) y por lo tanto merezco:
  1. Dormir en camas decentes en cuarto privado. Nada de cuartos compartidos ni acampar para el lisiado.
  2. Comer como si ocupara el alimento para regenerar el hueso. Tres veces al día como las familias más poderosas del mundo.
  3. Si no puedo caminar, ¡voy a manejar como un degenerado!
Por lo tanto, estos últimos días me he dedicado a manejar, en una suerte de zigzag en lo posible, por calles que ya verán, con la intención de conocer la geografía local todo lo que se pueda. Como he manejado casi que todo el día en realidad ha habido momentos en los que solo me bajo del carro, saco foto y sigo. Por lo tanto no es mucho lo que puedo decir del viaje y esto se va a ir más en fotos.

La ruta de estos días... para ubicarnos todos... Dice Google que son 1046 km.

Día 1 - De Cabo de la Vela a Aguachica

Después de despedirme de los guías del tour a Punta Gallinas, agarré la calle ¿principal? del Desierto de La Guajira hacia el sur.

- ¿Para adónde agarro?
- Pues para el Sur.
- ¿Y ahí adónde?
Busca en el mapa - Hay una ciudad que se llama Bucaramanga y estoy seguro que ese nombre lo he oído en alguna novela o en la Libertadores.
- ¡Juega!

La primera parte hasta 4-Vías ya la conocía, y la hice rápido. De ahí en adelante viene la Baja Guajira. Pasa de desierto a bosque seco a desierto. Todavía no hay cercas en la mayoría de lugares. La carretera, aunque bien pavimentada, tiene cabras y vacas atravesadas todo el camino. Pasa por el centro de varios pueblos, de los cuáles en su mayoría no recuerdo los nombres. ¡Suelte las fotos!

 
Les digo... las cabras cruzan como si fueran por un cruce cabronal... (ok hasta yo se que ese estuvo malo)

El tren que sube a Puerto Bolívar en la punta del desierto. Es el puerto más grande de Colombia y el puerto con mayor movimiento de carbón en Lationamérica.

Hacía un calor del demonio...

Después de darle desde las 8:00 hasta eso de medio día, ya hacía hambre y me puse a buscar un restaurante con wifi. Esto probó ser un poco más difícil de lo esperado y de hecho se me acabó La Guajira y entré al Departamento de Cesar (nótese la falta de tilde intencional en la e... Cesar es diferente a César). En Cesar ya la cosa cambia un poco. Sigue siendo caliente y quasidesértico por ratos, pero ahora sí se ven cercas. El ganado pasta en los campos y no en la calle. Los pueblos son ligeramente más grandes que los de La Guajira, pero en general siguen siendo feos. La capital entiendo que es Valledupar, pero como tenía que desviarme unos 5 km y nadie me aseguraba un restaurante con wifi entonces decidí brincarlo. Finalmente almorzaría en San Diego resignado a no encontrar conexión en ningún lado.

Ojo... nótese además el uso deliberado de la palabra "restaurante". En cualquier otro caso, obviamente yo habría estado buscando un bar con boca para almorzar, o mínimo un bar-restaurante. Pero resulta que en la hermana República de Colombia el límite tolerable de alcohol en la sangre para manejar es 0.00% +/- el rango de tolerancia del aparato. Esta absurda ley me previene de beber hasta que encuentro mi punto para pernoctar y mientras tanto subsisto de agua, café, Postobón, y el ocasional jugo... ¡Como un cavernícola!

Almorzando en San Diego de Cesar. Sin wifi.

Les digo... ¡hacía un calor de la gran puta!

Hacia el final de la tarde ya la carretera que seguí, y dónde pagué una fortuna de peajes aparentemente mal empleados, entroncó con La Ruta del Sol. Ese es un nombre fancy para una carretera sencilla que lleva a Bucaramanga. A ciertos puntos aparentemente aleatorios la carretera se convierte en una autoopista de dos carriles y luego en otro punto igualmente aleatorio pasa de nuevo a carretera sencilla. El punto es que me faltaban todavía como 200 km para llegar a Bucaramanga y ya estaba cansado, eran las 17:00. Mi propósito de quedarme a dormir en el siguiente pueblo murió cuando me di cuenta que el siguiente pueblo se llamaba Besote (¿cómo carajos no le fui a sacar foto al rótulo?) y decidí quedarme en el pueblo que se repetía más en los rótulos. Aguachica a eso de las 17:40.

Día 2 - De Aguachica a Sardinata (o ahí cerca)

El día siguiente, ya descansado y con ganas de manejar, me pregunté porqué habría de agarrar una quasiautopista a Bucaramanga. ¿Qué hay ahí? ¿Qué conozco en una autopista? No no, yo ocupaba agarrar una ruta panorámica. Asi, revisando el mapa otra vez, me di cuenta que hay una carretera que sale de Aguachica y llega a Cúcuta, en la frontera con Venezuela. De ahí hay otra carretera que conecta Cúcuta con Bucaramanga. ¡Problema resuelto!

Otra cosa de la que tenía ganas era de manejar en montaña. Ya iban muchos días de manejar en plano y sólo había cambiado eso en mi viaje a Machete Pelao. La ruta que escogí prometía justo eso, y no decepcionó. Es como manejar por Zarcero por 5 horas.

 La vista durante la trepada.

La Ciudad de Ocaña es preciosa. Legal me hubiera quedado un rato si no fuera tan largo para llegar a Cúcuta.

Hay pasadas en que la vista es realmente espectacular. La cámara y el fotógrafo no le hacen mérito a la imágen real.

 La Ciudad de Abrego es otra que es simplemente hermosa. Ahí me comí la mejor arepa arreglada que he probado.


El primer gran detalle es que en la mañana llevé a lavar el carro en Aguachica. Eso mató mi mañana y salí despues del almuerzo del hotel. El segundo detalle fue que hace una neblina tremenda en ese cerro. El tercero fue el posterior aguacero. Finalmente la noche me agarró lejos de Cúcuta y me quedé en un hotel (*ejem* cucarachero *ejem*) cerca de un pueblito que se llama Sardinata, aún como a hora y media de Cúcuta.

Bueno, no fue tan malo el hotel, por lo menos tenía AC y estaba realmente barato. Les paso un volado, en Colombia no existe tal cosa como el agua caliente. Yo tengo ya un mes de no saber lo que es una ducha con agua caliente y realmente no ha hecho falta. El secreto es, si tienen AC, apagarlo una media hora antes de ducharse.

 Les digo que la neblina era cosa brava. (No intenten manejar en carretera montañosa y desconocida en medio de la neblina tomando fotos)

Un río ahí de camino.

Día 3 - De Sardinata a Pamplona

Este día tampoco amanecí tan temprano. Había un gran detalle, era martes y jugaba la Sele en Honduras a las 16:00. El problema es que también jugaba Colombia en Ecuador a las 16:00. El punto es que ocupaba estar registrado en un hotel con buen wifi a las 15:00 para no pasar por penas.

Salí y desyuné de camino y llegué a Cúcuta a eso de medio día. Pasé también por un mall a comprar unas gafas, porque las mías están en el fondo del Río Buritaca. Todavía era temprano para echar ancla, así que decidí seguir hasta Pamplona (en realidad un policía me lo recomendó). De camino recogí a una pareja de turistas españoles que iban en dirección Bogotá a puro dedo. Supondría uno que los limpios podrían haber dado por lo menos 10 kCOP por varas para el gas, pero se fueron apenas dando las gracias cuando llegamos a Pamplona.

Pamplona es de esos pueblos bonitos de Colombia. Metido en la montaña, a la mitad del camino entre Cpucuta y Bucaramanga. Hace un frío del carajo. Ahí almorcé, ví el partido de CRC en el celular en un bar mientras toda la clientela veía a Colombia (vieran la cara de todo el bar cuando yo grité gol), cené y decubrí que sí hay agua caliente en Colombia (y justo a tiempo porque hace un frío del carajo en Pamplona).

Me encontré el convoy de suministro de gasolina clandestina.

 La Ciudad de Pamplona (la de Colombia) es realmente bonita.

 La vista desde el bar en el que estaba viendo el partido.

El gato en el tejado.

Día 4 - De Pamplona a Santa Bárbara por Málaga (no, no es España)

Tempranito me despertaron en el hotel en Pamplona golpeándome la puerta. A la tercera ya tocaban bien fuerte así que ya no me pude hacer el mae. Abro la puerta y entra el tipo de recepción al cuarto con mi desayuno. Valió madre que yo estuviera en ropa interior, dejó el desayuno y jaló como nada.

Y bueno, ya despierto, ¿para qué voy a ir a Bucaramanga que queda ahí a un par de horas? Hay una carretera que baja hacia el sur por las montañas y luego de un pueblo que se llama Málaga, otra carretera conecta con la carretera que lleva al Cañón de Chicamocha, de nuevo sobre las montañas. ¡Suena como un plan!

La salida de Pamplona por ese lado es complicada y me costó encontrar el rumbo (estúpidas calles en diagonal con respecto a los puntos cardenales) pero una vez en carretera todo fue subir y subir. Se pasan ahora sí pueblos muy pequeños, llenos de ancianos con ponchos, sombrero vaquero y botas de hule. La carretera nacional 55 pasa por el centro de todos estos pueblos y de repente pasa a ser una calle de tierra (ni para laste da, es tierra). Así se sube al páramo. ¡La vista es espectacular!

La vista subiendo el cerro.

El asunto es que los deslaves y terraplenes en este país no desatan polémica alguna.

A cierto punto comienza el páramo. Si ud no ha vistoi nunca un páramo, le recomiendo ir al menos al Chirripó.

 A este momento esta es mi foto favorita del viaje. ¡Felicitaciones al fotógrafo!

Ahí venían los camiones detrás mío. Es una ruta nacional.

Ahí ya tuve que bajarme del carro a escuchar el viento. ¡Estúpida ley que me prohíbe beber whisky en tan solemne momento!

Pasado medio día llegué a la localidad de Cerrito. Ahí almorcé un plato con oveja asada y me puse camino a Málaga por la carretera de tierra.

Cerrito.

La vista hacia el Valle de Tequia (creo).

Ahí en Málaga me acerqué a un decrépito anciano y le pregunté por la calle que lleva al Cañón de Chicamocha. Me señaló el camino...

- ¿Y está buena la calle?
- ¡Buenísima!
- ¿Y cuánto duro en cruzar el cerro?
- En esto - palmea la puerta del Jimny - ¡Cinco horas!
- ¡Ufff! - Eran las 14:30 en ese momento - ¿Y hay hospedajes en los pueblos?
- ¡Montones!

¡No se diga más! Agarré calle para arriba de una, llegar a las 19:30 no sonaba tan malo y sino me podía quedar en uno de los "muchísimos" hospedajes de camino. La subida inmediata era muy promisoria, ancha, asfaltada, pintada. ¡Puta! ¡Hasta ojos de gato!

Pero rápido se pasó a tierra, y caí en cuenta que "Buenísimo" en Málaga de Santander, Colombia; no significa lo mismo que allá en el lejano Brasil de Alajuela. Aparentemente acá "Buenísimo", al referirse a una carretera, quiere decir una calle de siquiera 3 m  de ancho, en tierra, con un paredón de piedra a un lado y guindo al otro, con una barrera de cinta de precaución amarilla como único límite entre la calle y el guindo. Sume el aguacero y de nuevo la neblina y quedamos en que no vuelvo a preguntarle sobre una calle a una anciano decrépito de Málaga de Santander.

Por ahí pasa un sólo carro.

Pasar el río por debajo de la carretera era too mainstream.

Y uds se quejan de la 27... ¡Novatos!

¿Les conté que los paredones sueltan piedras como nada?

Ahí va la calle...

Y bueno... también son vistas de verdad espectaculares en esta vía. La mayoría del camino, por neblina y lluvia no pude sacar fotos buenas.

Ese, si no me equivoco es el pueblo de Pangote.

La Iglesia de San Andrés, el pueblo con las peores calles que yo haya visto en mi vida.

¿La meseta de Los Santos?

Al chile la vista vale la pena.

El asunto es que para las 18:00 ya iba molido yo. No daba para terminar de cruzar el cerro debajo del aguacero y ya de noche. Me metí al pueblo de Santa Bárbara y ahí encontré un hostelito. Buena comida, buena birra, frío con buena cobija y buena noche.

Día 5 - De Santa Bárbara a San Gil

Ya de día, con luz y sin lluvia, Santa Bárbara es apenas un puñado de casas en medio de la montañas. El carro durmió en la calle sin problema de delincuencia alguno. Es de esos pueblos que uno no se explica cómo no explotan el turismo.

La Iglesia de Santa Bárbara.

Dónde los gallos andan sueltos en el parque central del pueblo.

El hotel de día estaba chivísima.

Igual de Santa Bárbara salí temprano. La bajada fue igual en tierra prácticamente hasta entroncar con la carretera principal que va de Bucaramanga a Bogotá (aparentemente). De ahí pasé por el Parque Nacional Chicamocha.

Este parque nacional no es como lo que uno se imagina. Es de hecho un parque temático, con piscinas, teleférico, un tipo de "Pueblo Antiguo", granja de cabras (¿o eran ovejas?) y de avestruces, un canopy, un rapel, pista de boogies 4x4 (¡Wooo! ¡Not!) y parapente.

De todo, me interesaba el parapente, a 180 kCOP (US$ 1 aprox 2.9 kCOP) y el teleférico, que cruza el cañón de lado a lado. Lo primero no pude hacerlo. ¡Gracias dedo quebrado! Lo segundo estuvo bien, pero ¡ñeh! Supongo que en realidad el parque debe ser más entretenido para grupos de jóvenes... supongo yo al menos. El cañón sí es impresionante, y la vista de la cima del parque es espectacular.

Al final llegué a San Gil. Es un pueblo turístico especializado en los deportes extremos. ¡Gracias dedo quebrado! jeje veremos que más ofrece San Gil mañana.
 
Bucaramanga. Eso fue lo más cerca que le anduve.

La carretera va por el puro cañón.

Legal la vista desde el parque es muy buena.

Les presento el Río Chicamocha.

El Parque Central de San Gil me recuerda a casa.

¡Salud!

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